El termostato se queda pegado y no abre: El termostato, que está situado generalmente en un lugar donde la manguera superior del radiador conecta con el motor, controla la temperatura de funcionamiento del mismo. Esto lo hace bloqueando el flujo del líquido refrigerante del motor al radiador hasta que el primero alcanza cierta temperatura (generalmente entre 87 y 90° C). Cuando se alcanza esta temperatura, el termostato abre y permite que el líquido refrigerante circule del motor al radiador. Si el termostato no puede abrirse, el líquido refrigerador no circulará entre el motor y el radiador, y el motor se sobrecalentará rápidamente. Usted puede revisar si existe esta condición tocando la manguera superior del radiador cuando el motor se enciende y está calentando. Si la manguera superior del radiador no llega a estar caliente al tacto dentro de varios minutos después de haber encendido el motor, significa que el termostato probablemente está defectuoso y necesita ser sustituido.
Precaución: el nuevo termostato debe tener siempre el mismo grado de temperatura que el original. No sustituya un termostato más frío o más caliente en ningún vehículo de motor con controles automáticos, ya que la temperatura de funcionamiento del motor afecta la operación de los sistemas de combustible, de ignición y de control de emisiones. Embrague del ventilador defectuoso El embrague del ventilador se utiliza a menudo para economizar combustible. El embrague es un acoplador viscoso lleno de aceite de silicona. Éste permite que el ventilador se deslice a gran velocidad y reduzca los caballos de fuerza ociosos que arrastra el motor. Si el embrague se desliza demasiado el ventilador puede no girar lo suficientemente rápido como para mantener el motor fresco. El líquido de silicona dentro del embrague se gasta luego de cierto tiempo y puede escaparse debido al desgaste. Si usted ve marcas de aceite hacia fuera en el embrague y/o el ventilador puede girarse a mano con poco o nada de resistencia cuando el motor está apagado, significa que el embrague está malo y que necesita ser sustituido. Cualquier juego o bamboleo en el ventilador debido al desgaste en el embrague también indica que debe ser cambiado por uno nuevo.
Motor del ventilador inoperante: En la mayoría de los carros el ventilador que refresca el radiador es accionado por un motor eléctrico. Un interruptor de temperatura o un censor de líquido refrigerante completa un ciclo de encendido y apagado del ventilador por intervalos de tiempo. Si el interruptor de la temperatura, el censor del líquido refrigerante o el relais que envía potencia al motor del ventilador están malos, el ventilador no arrancará cuando sea necesario y el motor se sobrecalentará. Asimismo, si el motor del ventilador en sí mismo está dañado, el ventilador no funcionará. El sistema necesita ser diagnosticado para determinar dónde está el problema y repararlo.
El líquido refrigerante se escapa: Los agujeros en las mangueras del radiador, la bomba de agua o la base del radiador pueden ocasionar la fuga del líquido refrigerante. Ningún motor puede tolerar la pérdida de líquido refrigerante por mucho tiempo, ya que se sobrecalienta, generalmente, tan pronto aparece la fuga. Un examen visual del sistema de enfriamiento y del motor revelará adónde se va el líquido. Las fugas en las mangueras pueden ser reparadas solamente sustituyéndolas. Los escapes en la bomba de agua también requieren sustitución de la misma. Pero si el escape es en el radiador o en la manguera del calentador puede solventarse en ocasiones con un sellador agregado al sistema de enfriamiento.
Tapa del radiador débil o agujereada: Si no hay escapes evidentes, se debe revisar la presión de la tapa del radiador para cerciorarse de que tenga la presión requerida. Si el resorte dentro de la tapa está débil (o no es el adecuado para la aplicación), el motor perderá el líquido refrigerante fuera del tubo de desbordamiento cada vez que se caliente.
Escape interno del líquido refrigerante: Si no hay escapes visibles del líquido refrigerante, pero el motor está utilizándolo, puede haber una grieta en la cabeza del cilindro, un escape en el bloque de culata, o una junta principal agujereada que está permitiendo que el líquido se escape dentro de la cámara de combustión o en el cárter del motor.
Restricción del extractor: En algunos casos una severa restricción del extractor puede producir mucha presión, lo que causa sobrecalentamiento del motor. La causa más probable de la obstrucción podría ser un convertidor catalítico tapado o un tubo aplastado o dañado. Una revisión al vacío de la presión del extractor puede diagnosticar esta clase de problema.
Bomba de agua dañada: En un motor con mucho kilometraje, el impulsor que bombea el líquido refrigerante a través del motor hacia la bomba de agua puede estar corroído, tener las láminas flojas o estar gastado gravemente. Si tal es el caso, la bomba debe ser sustituida. La mayoría de las fallas de la bomba, sin embargo, ocurren en el cojinete del eje y en el sello de la bomba. Después de miles de kilómetros de funcionamiento, el cojinete y el sello se desgastan hacia fuera. El líquido refrigerante comienza a escaparse por el sello del eje, lo que provoca recalentamiento del motor debido a la pérdida del líquido. Un sellador no detendrá el escape, por lo que es recomendable sustituir la bomba de agua. Precaución: una bomba de agua agujereada se debe reemplazar sin retardo, para reducir no sólo el riesgo de sobrecalentamiento del motor, sino para prevenir incidentes mayores.
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